Seguimos sin saber qué debemos hacer con el Gran Teatro Fleta

Humberto Vadillo, Director General de Cultura del Gobierno de Aragón habla en El Periódico de Aragón de ayer dejando unas declaraciones de lo más preocupantes. Es como si la cultura en Aragón molestara, fuera solo un “invento” para gastar dinero, y para ello nada como sacar de la chistera las ayudas privadas a la cultura pública.

Es su desear, por parte de un dirigente público que lo dice alto y claro, que sean empresas privadas las que gestionen la cultura que no gestionan las entidades públicas, para así no tener que trabajar y cuidar la cultura libre y con acceso público, pues ya la harían empresas privadas, no explica atendiendo a qué criterios, pues las Obras Sociales tienen un recorrido corto y conocido. ¿A qué tipo de empresas privadas se refiere? ¿nos debemos fiar de la cultura que nos plateen las empresas privadas y también de las que NO nos planteen? ¿existiría control público sobre el tipo de cultura gestiona por empresas privadas para todos? ¿por qué van a querer hacer ahora cultura las empresas y a cambio de qué?

Resulta curiosa la explicación sobre el Centro Pablo Serrano, del que se olvida decir que es además el Instituto Aragonés de Arte y Cultura, para volver a la cantinela de que lo que allí debe haber es la obra de Pablo Serrano, y punto pelota. ¿Para esta explicación era necesaria tanta inversión en un edificio que aspiraba a ser un referente en Arte Contemporáneo en Aragón?

Sobre lo dicho del Teatro Fleta o el Espacio Goya, es mejor no recordarlo, para no sufrir. Somos tierra de incapaces y así no va. No sé por qué no nos acostumbramos, pues al menos no sufriríamos tanto con lo que se hace mal o se dice mil veces cien y nunca se hace. Goya parece ser que era un tipo que pintó en Aula Dei y que con llegar a un acuerdo con los actuales propietarios (de la iglesia) y ampliar sus horarios de visita, pues ya nos sirve para cubrir el expediente sobre la importancia de Goya en Aragón. ¿Se imaginan si Goya fuera londinense o parisino?

Sobre el Teatro Fleta la DGA lo tiene claro. Para ellos es un solar, un hueco, una oportunidad de hacer otro hotel, un marrón. Dice que si no hay consenso, no merece la pena seguir. ¿Quiere decir que si no hay consenso lo mejor es abandonarlo? ¿más todavía? ¿les hemos explicado a los aragoneses cuantos millones hemos enterrado en ese solar maltratado, en estos 30 años, entre unos y otros políticos de conocido signo?

El Gran Teatro Fleta, conviene recordar, es uno de los tres edificios de Zaragoza que figura en el registro del «Docomono Ibérico 1925-1965», un inventario de los edificios más importantes. El proyecto del arquitecto Basilio Tobías contempla los siguientes rasgos. Superficie construida: 13.631 metros cuadrados. Número de butacas: 1.450 y 320 en una segunda sala. Asimismo, el proyecto tiene 16 niveles, con una profundidad de 28,63 metros y una altura de 28,10 metros sobre el nivel de la calle. Un espacio, por tanto, que permite la realización de grandes espectáculos escénicos y musicales. En diciembre de 1981 se otorgó una licencia de derribo, que paralizó Bellas Artes, con sucesivas peleas entre Ayuntamiento y DGA según iban cambiando entre el PP y el PSOE de gobernar en un lugar o en otro. Tras ocho años de obras frustradas y 14 millones de euros gastados en una obra ejecutada al 12%, según el arquitecto Basilio Tobías, se paralizó para dejarlo en las actuales condiciones, que más parece una ruina que una obra inacabada que lleva muchos millones de todos enterrados en nada. Y los responsables siguen mirando hacia otro lado.

2 Responses to “Seguimos sin saber qué debemos hacer con el Gran Teatro Fleta”

  1. Buenos días,

    Perdona que te escriba de forma pública pero no he encontrado otra forma de contactar contigo. Me gustaría que colaboráramos mutuamente intercambiando enlaces ya que tu blog trata de la misma temática que mi página.

    Si estás interesado escríbeme a eva.paz.soto@gmail.com

    Un saludo,

    Eva

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